La vida es cine y los sueños cine son
Ya que después de mi primera visita al gimnasio solamente conservo movilidad en los ojos y en los dedos de las manos, aprovecharé la ocasión para contar mi última aventura en la que una vez más puse en riesgo mi vida: tragarse una gala de los Goya... ¡ENTERITA!
En primer lugar hay que reconocer que el hecho de que la gala se emita en domingo por la noche ayuda bastante, ya que la actividad del cerebro es más baja de lo habitual y resulta más fácil poder soportar tres horas dedicadas al cine español. Sin embargo, es imprescindible cumplir tres normas para no morir en el intento, las cuales pasaré a relatar emulando a mi querido amigo Axilarmero:
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Cómo ver los Goya y no morir en el intento:
1. Tener mono de gala: hay que tener ganas de ver una, si no, se convertirá en una tarea dura y difícil. En mi caso se cumplía el requisito porque esperaba con ansia que algún canal retransmitiera la gala de los SAG, que se emitían el mismo día. Mi gozo en un pozo. Por lo tanto, opté por conformarme con algo que se le pareciera, aunque fuera un poquito.
2. Tener curiosidad y ser masoquista: la primera, por saber si podrán llegar a ser más patéticos que el año anterior; y la segunda, porque es la única razón por la que alguien puede ver eso de forma voluntaria.
3. Vía de escape I: este punto es imprescindible para evitar el sopor y sobre todo las interminables pausas publicitarias. Hay que tener un canal alternativo por si la gala se pone más coñazo de lo previsto. Tiene que ser un programa que tenga cierto interés, duración similar y que se pueda seguir a trompicones. En este caso, yo elegí la final del Open de Australia: ya sabía el resultado, duraba más o menos lo mismo (un logro siendo Federer uno de los finalistas) y se podía seguir fácilmente sin perder el hilo.
Para esta opción hay otra alternativa:
3.1. Vía de escape II: no haber cenado. Ésta se puede utilizar teniendo o no vía de escape I. Si la gala se pone super coñazo y están en algún descanso en la vía de escape I, se recurre al momento cocina. Eso sí, hay que preparase algo rapidito, que el tenis se puede poner interesante en cualquier momento. Si no se tiene vía de escape I se permite cocinar todo tipo de fritanga.
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Cuando ya se tienen claros los elementos anteriores, ya está uno listo para poder ver la gala. En esta edición, fue duro no caer a las primeras de cambio porque cuando ves a Corbacho vestido de Goya nada más empezar, te temes lo peor. Para mi sorpresa, la gala fue bastante pasable, incluso hubo momentos graciosillos. La mejor frase de toda la noche fue la que le dedicó Corbacho a Santiago Segura: "Vas a presentar el Goya a la mejor película porque tú nunca estarás nominado en esta categoría".
Hubo algunos momentos en los que pensé: "esto yo lo he visto en los últimos Oscar que presentó Billy Cristal", pero bueno, tampoco se les puede pedir que sean originales. Con que no se haga demasiado aburrido nos conformamos.
El peor momento es cuando te da por pensar, aunque parezca mentira un domingo por la noche, por qué no prueban otros métodos de gala, un estilo Globos de Oro. Esta opción queda anulada rápidamente: ¿juntar a todos los actores alrededor de mesitas con champagne y papeo?Imposible. Que entreguen premios emporraos vale, pero que lo hagan más pedo que Alfredo ya es demasiado. Además, más de uno pasaría de levantarse a por el premio.
Una noche de Goyas no sería lo mismo sin la cagadita de turno. En este caso corrió a cargo del "cantante" del canto del loco y la Nawja Nimri (ni se cómo se escribe ni me importa). El niñato éste, dando muestras una vez más de su enorme inteligencia, dijo nada más llegar al estrado: "esta mañana teníamos un guión aquí, pero ahora no tenemos nada". A ver, querido, ¿acaso necesitas un guión para decir "y os nominados a ................ son ......"? Pues parece ser que este muchacho sí. No, no vale pensar que a lo mejor tenían más texto porque eso era lo que decían todos los que salían a entregar premios. En fin, son cosas que sólo pasan en los Goya.
Y premio a premio se fue acabando la gala, la gran fiesta del cine español (a ver si alguien se inventa otra frasecita, que llevamos 21 años escuchando lo mismo) y para mi gozo propio no se premió la pésima actuación de Viggo Mortensen, ni siquiera sé por qué le nominaron. De vez en cuando pienso en su logopeda, no creo que haya vuelto a encontrar trabajo en eso el pobre hombre. Si alguien quiere saber cómo imitan los argentinos a los españoles que vea Alatriste, por favor. Solamente hay que imaginarse al Viggo diciendo: "¡Pues claro, hombre, tío, joder, coño!" y ya está.
De todas formas, esto es como lo de votar, yo he visto los Goya para poder criticarlo después, que es lo que mola. Aún así, yo sigo prefiriendo los YoGa, y cómo de éstos aún no tenemos las nominaciones ni los ganadores, pues os dejo con los Godoy, que son parecidos. Además aquí sí que está Viggo, que es donde debería ganar los premios.
Fdo: Miss Ingles
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