Una Geisha a la americana

Cuando terminas de ver Memorias de una Geisha sales pensando, yo ya he visto esta película.
Me recuerda mucho a Indochina la verdad es que el periodo en el que transcurren las dos películas es el mismo, pero de esa salí con los pelos de punta y medio llorando, y de esta no, supongo que será por el guión o la dirección, o que es francesa y se les da muy bien eso de los sentimientos.
También me viene a la cabeza la linterna roja (una película de esas que ves por casualidad y que te cambia la vida, a lo mejor es porque fue la primera, pero desde entonces me encantan las películas orientales) pero esta no tiene la estética de las películas orientales, esos juegos de colores y formas que tanto les caracteriza, aunque sí que hace un intento cuando la niña corre por el puente naranja o los bailes con los abanicos, pero les falta algo. De todas formas a parte de la estética también me recuerda a la linterna roja porque el tema es parecido, niña que por circunstancias debe vivir rodeada de mujeres las cuales luchan por los favores de los hombres, las envidias de las demás mujeres, el querer que se fijen en ti, el amor por un hombre que puede tener a cualquiera, etc.
Pero claro se nota la mano de Hollywood, sobre todo en el final, que no voy a desvelar.Tiene toda la pinta que los productores de Amblin querían hacer una película en plan oriental y buscaron a un director que cuidara la estética y que supiera de números musicales como Rob Marshall el director y coreógrafo de Chicago, pero creo que se equivocaron porque toda la película es un intento de llegar a algo que nunca termina de aparecer, ni te sorprende la belleza de las imágenes, ni te llegan los sentimientos, ni te aporta nada nuevo, en resumen no me parece, en ningún sentido, original.
Y que me decís de las lentillas azules de la chica, en algunas escenas parece un zombie.
Pero por lo menos se puede ver. Le doy un 4 sobre 10.
Tengo que admitir que no me he leído el libro , y si me lo hubiera leído a lo mejor pensaría de otra forma, pero como no ha sido así acepto las críticas que haya al respecto.
Por último, y ajeno totalmente a la película tengo que decir que todo esto me ha recordado mucho a mi querido Javi, porque él me regalo el libro que no me he leído y porque fue con él con quien vi Indochina. Añoro hablar y hablar, y que te metas conmigo con mis novios, y las tardes de cine, y consultarte todo. Es lo malo de hacerse mayor, ya nunca será lo mismo.

Be.